Queridas lectoras, ¡esta semana es una de las más importantes de mi vida y la felicidad que tengo es inexplicable! Escribir un libro puede llevar meses, años, a mí me llevó toda la vida y cuando digo toda créanme que es todita.
Como les conté la semana pasada aprendí a leer y escribir sola a los cinco años porque me obsesionaba pensar qué había en ese papel que mi abuela Antonia portaba todo el día. ¿Qué pasaba en esas páginas con cositas negras de diferentes tamaños? ¿Por qué mi abuela era fan? La recuerdo sentada cerca de la puerta que daba al patio siempre coqueta, su pelo con spray y Angel Face en su carita preciosa y arrugada, ella reina todo el día lee que lee.
Desde que comencé el romance literario no paré, un poco porque no tenía hermanos y mi lugar de juego era eterno y otro porque amaba la tele, ¡mamá me llamaba la hija del televisor! Y tenía razón, era tan feliz mirando películas. Entonces escribir para mí era jugar a la fantasía de la tele, podía volar, escribirle cartas de amor a mis novios imaginarios, a Luis Miguel, a Papá Noel.
Y sé que parece espectacular, ¡ay ella qué precoz!, pero no crean. Era demasiado volada, intensa, introvertida, no veía límites. Por eso cuando en 3er grado la señorita Martha pidió como tarea que escribiéramos oraciones yo escribí un cuento entero, sensacional y lleno de faltas de ortografía, eso sí. Porque bueno, entusiasmada siempre, perfecta jamás. Y mamá cuando llegó de su trabajo a las 1000 y vio semejante enciclopedia a corregir me retó, me mandó al cuarto, ardió Troya. Por la falta de comprensión del pedido de mi maestra y porque ella estaba aniquilada y lo último que podía hacer era sentarse a leer El Quijote de Ferni, segunda vuelta. Ser madre soltera no es fácil, digamos todo.
Al otro día fui arrastrándome al colegio, ¡había hecho todo mal! ¡Qué sería de mí! ¡Iba a repetir de grado! ¡Nadie me iba a querer nunca más! ¡Mi vida literaria había terminado! Bueno, tuve que cortar el drama cuando Martha le llevó mi cuento a la directora y ella toda chocha como si hubiese descubierto una nueva Joan Didion firmó el cuaderno a todo trapo con sello incluido y párrafo de mil caracteres ¡felicitándome por la escritura!
¿Qué?
Hoy recordamos ese suceso con mamá y nos reímos, ella siente culpa, yo la entiendo perfectamente. ¡Mamá te amo! Y las dos adoramos a la señorita Martha quien dio un marco al suceso tormenta de ideas: ¨Déjela escribir, su futuro es con las palabras¨ y así fue.
Claro que el camino fue largo porque primero tenía que ocuparme de algunos temas. Pero siempre conté historias, estudié historias, creé historias, analicé historias. Con imágenes, con colecciones indumentarias, con videos, con personas, siempre fueron historias.
Y cuando comencé mi carrera editorial y Felicitas Rossi me abrió la puerta de la revista Ohlalá! la cosa se puso candente. Ella vio algo en mí, sintió que tenía para aportar en este mundo y confió en una productora de moda que le escribía todos los días con una propuesta nueva, ¡ante todo una pesada! En el fondo creo que me contrató para que deje de escribirle, dios soy tan pesada te pido mildissss. ¡Gracias Felicitas por haber cambiado mi vida!
Y ahí comenzó la Universidad La Nación, ¿acaso YO era capaz de escribir títulos de tapa, copetes, títulos de editoriales, textos, entrevistas, columnas? Bueno, tendrás que serlo querida porque de eso depende tu trabajo y así lo hice. Comencé como productora de moda del medio, me fui siendo su directora de moda y durante el proceso creé una revista de moda desde cero junto a un equipo genial, mi primer bebé editorial.
Es que las palabras de Martha jamás dejaron de resonar, mi lugar eran las palabras. Su apoyo me dio confianza al igual que mis compañeras de redacción. Violeta Gorodischer, redactora del medio, una tarde me dijo ¨tenés pluma¨ y yo sentí que había ganado el Pulitzer. También Carola Birgin fue mi gran maestra del periodismo, muy generosa, muy paciente. Y Teresa Elizalde quien dirigió Ohlalá! en sus mejores años me dio luz verde para construir una moda potente en imágenes y palabras. ¡Gracias Tere por confiar siempre en mí!
Cuando me fui de Ohlalá! el futuro era incierto, me atraía la comunicación digital que estaba comenzando, pero sinceramente me tiré al vacío. ¨Sos muy valiente¨ me decían y hoy me doy cuenta de que tenían mucha razón.
Entonces nació Fernihood y es uno de mis grandes logros profesionales, me siento orgullosa de la marca que trabajo todos los días, de la comunidad que logré a lo largo de siete años. Escribir todos los días se transformó en mi casa definitiva, editar fotos, videos, arte y también entender el negocio porque mi Instamedio es mi trabajo, no es un hobby.
Por eso cuando Florencia Cambariere (quien esta semana fue premiada como la mejor editora de la Argentina vamooooos) me contactó en Fernihood con la propuesta de escribir un libro sentí que el barco, literalmente, había llegado. Pero como todo en mi vida llevó su proceso a los dos años me escribió mi editora Teodora Scoufalos con el ¡ticket to ride! Teo al igual que Flor había visto que tenía algo para decir, pero no había encontrado el lugar hasta que cambió de editorial y pum con Flor a la cabeza de VR, Teo me acompañó en el viaje de mi vida. ¡Gracias Teo por ser la mejor editora del mundo! ¡Gracias Flor por tenerme tanta fe!
Y claro que Berenice Schmittendorf se encargó del diseño del libro ¡quién más! Bere es la directora de arte de Fernihood desde hace cinco años, pero también fue directora de arte de Ohalá! Esto significa que tenemos más de 15 años de carrera juntas, ¡estamos para la fiestita! Y esto sí que es trabajo en equipo.
Si miro hacia atrás cada paso fue justo, cada error fue correcto, cada logro fue espectacular, cada desilusión fue aprendizaje no solo corazones rotos, cada jugada aún las dolorosas me llevaron a este día donde un libro que fue escrito por mí puede acompañar la vida de otras personas como a mí me acompañaron tantas palabras desde siempre. Palabras que me hicieron reír, llorar, replantearme la existencia, enamorarme. ¡Gracias a cada palabra por darme todos los días la libertad de expresar ideas, amor, pavadas, chismes, reflexiones, sueños! Gracias por llevarme a recorrer el mundo, gracias por ser mi hogar.
Se comenta que una nena de cinco años está feliz, los rumores dicen que está escribiendo este texto.
Gracias mamá, abuela, señorita Martha, Feli, Flor y Teo.
¡Y gracias a todas las lectoras de Fernihood que durante estos siete años me acompañaron, exigieron y también me dieron mucho amor! ¡Qué sigaaaa, no pareeee, no pareeee! ¨Vestite como realmente querés¨ también es de ustedes.
La red que podemos tejer las mujeres es tan poderosa que puede llevarnos a ocupar lugares que ni sabíamos que existían para nosotras. Ese es el real poder femenino, never forget.
¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS! Y las veo en la presentación oficial el 10 de mayo a las 17:30 horas para ante todo festejar la vida.
XOXO
Tu niña está dando saltitos de alegría. Que lindo ver que las cosas llegan y los procesos dan sus frutos. Avanti Ferni!
Bravo Ferni! Todo es mérito tuyo. A seguir brillando que esto recién empieza. ❤️❤️❤️